Después de ver todo el contenido de Nanka, ver las fotos que mostraba a los platos como excelentes, no podía no antojarme e ir a comprobar todo lo espectacular que veía.
Ubicado en San Isidro, el lugar es amplio y se utilizan productos orgánicos dándole un plus a su calidad, con una carta para todos los gustos incluyendo comida vegana y vegetariana. ¿Qué fue lo que me sorprendió y enamoró? ¡Descúbrelo!
Para iniciar a lo grande, nos dieron de cortesía pancitos focaccia con aceite de oliva, suavidad y esponjosidad a la vez, manjar perfecto para los que amamos el buen recibimiento.
Siempre inicio con mínimo un par de entradas y esta vez fueron una entrada caliente; papas huamantanga, generosa porción de papitas suavecitas por dentro y crocantes por fuera con variedad de salsas y de entrada fría; alpaca tonnato, confieso que nunca había probado alpaca, tenía un ligero temor a que no me agrade, pero ¿Qué creen? ¡Me encantó!, son láminas de alpaca servidas sobre una salsa italiana de atún y anchoas, adictivo en su totalidad.
Al saber que el plato estrella del restaurante es el Arroz con pato, teníamos que probarlo, el aroma se acercaba y llegó un buen servido arroz con pato orgánico deshuesado, criado a libre pastoreo, sin antibióticos, sin hormonas, sin aditivos artificiales ni promotores de crecimiento, sobre una salsa acevichada en su punto. Otro plato de fondo fue el Lomo Saltado, mi comida favorita, por lo tanto, he probado muchos, este estuvo muy bueno, pero le faltó un poquito para llegar a lo perfecto. Resalto que tiene trozos muy grandes y suaves de carne y viene con arroz con choclo y papitas huamantanga. Para terminar con los fondos, probé ravioles de alcachofa con salsa pomodoro, que aparte de exquisitos la presentación fue excelente.
Me encanta variar en las bebidas, por eso disfruté de una limonada de flor de Jamaica, súper refrescante y dulcecita, como para no dejarla de tomar en todo momento con este potente calor.
¿Falta algo? ¡Claro! El postre es infaltable y un final feliz, sobre todo si en la carta hay torta de chocolate y una de chocolate orgánico al 70% con bizcocho y mousse de sabor intenso y encantador. De las mejores de Lima.
Finalmente me atreví a probar un postre que lleva una de las frutas que no me gustan mucho; Semifredo crocante de chirimoya, postre que volvería a pedir, delicado y deleitable.
Nanka se sumó a mi lista de restaurantes para volver. Es de esos lugares donde quieres probar comida peruana, pero con un sabor especial. Como siempre digo, amo los restaurantes donde puedo encontrar todo y recomendarlo a ojos cerrados.