Bottega Dasso, como su mismo nombre lo dice, se encuentra en la Av. Miguel Dasso, en San Isidro. Es uno los pocos lugares en el distrito que abre en el día y atiende hasta un late dinner, lo cual es perfecto para toda ocasión: desde una reunión de trabajo en la mañana, hasta un after office con los amigos de la oficina.
La llegada de la pandemia casi acabó con este restaurante, siendo rescatado por Lou Rottmann y David Maya; socios que además de volver a dar vida al lugar, le dieron un matiz americano a la original propuesta, pero manteniendo toda su esencia.
Yo tenía algunas buenas referencias del lugar, en especial de un par de platos que estaba obligado a probar en esta visita. Empezamos con un Salmón Ahumado, un plato de delgadas láminas de salmón crudo con un toque ahumado, crema agria, hinojo y tostadas de focaccia. Este plato evidencia que en lo simple también radica lo maravilloso, pues resultó en una de las mejores versiones de salmón que haya probado por su intenso ahumado y gran balance con la crema agria e hinojo.
Como segunda opción, probamos un tradicional Linguini Carbonara, de salsa súper ligera y tocino ahumado. Bien servido, buen término de la pasta y de sabor excepcional. Muchos restaurantes no preparan carbonara de forma tradicional, pero la de Bottega Dasso es un muy buen ejemplo de cómo se debe preparar este plato. Definitivamente, una de las mejores versiones que he probado.
Terminamos con un postre, Volcán de Chocolate: con cacao peruano al 56% y un exquisito helado de vainilla. El sabor intenso a chocolate y la combinación de temperaturas nos encantó. Todo esto lo complementamos con una bebida Limonaria Citrus, la cual lleva hierbaluisa y kion, ingredientes que le dan un toque refrescante y ligeramente picante que nos sorprendió. El agradable ambiente, el impecable servicio y unos platos con insumos de alta calidad, hicieron de esta visita una experiencia que nos gustaría volver a repetir.
