No te imaginas cuánto me gusta visitar restaurantes especializados en comida peruana. No por nada, nuestra gastronomía es catalogada como una de las mejores en el mundo. Antojada después de leer muy buenos comentarios, elegí Panchita; restaurante del conocido Gastón Acurio.
Al entrar, no pude evitar sentirme atrapada por la decoración tan linda; desde la puerta hasta la terraza puedes observar un escenario con adornos rústicos, pinturas y esculturas de diferentes culturas peruanas.
Mi experiencia en Panchita inició con la tan aclamada Panceta Crocante, que llegó acompañada de papas doradas, choclo y salsas. En este plato todos los sabores estaban muy bien logrados, pero sin duda la mejor parte es la crujiente textura de la panceta que en su interior es sumamente jugosa. Continué con un contundente Ají de Gallina. Desde el primer bocado pude sentir la gran diferencia con muchos otros restaurantes, la gallina estaba suave y exquisita; con un buen toque de queso y leche. Decorado con huevo en rodajas y aceitunas. Si eres amante de este plato, te puedo asegurar que este superará cualquier otro que hayas probado antes.
Para finalizar, los postres nunca están de más, así que pedí los que más había visto circular por redes: el queso helado y la torta de chocolate. De hecho, grande fue mi sorpresa al poder hallar el primero, ya que no se encuentra fácilmente en cualquier restaurante limeño, he podido probar este postre en su ciudad de origen y créeme que no encontré gran diferencia con el de Panchita. Por otro lado, la torta de chocolate, tenía el dulce perfecto, cero empalagosa y coronada con chocolate blanco. Ambos muy ricos y en porciones perfectas para compartir. Como bebidas puedes elegir cualquiera de las limonadas combinadas con infusiones, ¡son buenísimas! Definitivamente este restaurante me dejó con ganas de volver, es excelente para pasar un lindo momento en familia, no solo por la comida, sino también por los espacios y la decoración tan atractiva.